“La sala de psicomotricidad es un espacio que facilita al niño la libre expresión a través del cuerpo. Es un lugar en el que el niño resuelve sus problemas, en donde puede manifestarse como es sin ser rechazado, es el lugar en donde vive con plenitud su expresividad, lo cual le produce una gran satisfacción y felicidad; en definitiva, un lugar en el que el niño va a vivir su globalidad. La sala adquiere un significado especial al convertirse en un lugar de placer donde los niños podrán saltar, subir, bajar, rodar, correr, gritar, balancearse, disfrazarse, jugar con cuerdas, descansar, también se convertirá en un lugar de comunicación ya sea a nivel verbal (con la voz), como a nivel no verbal (con gestos, miradas, mímica. La sala será un lugar de deseo al que el niño querrá ir porque disfruta mucho en ella y llega incluso  a imaginar placer antes de vivirla”.